Soy el escudo y la espada,
La fragilidad propia de las circunstancias y la práctica revolucionaria.
La sinceridad de Pizarnik y la lucha sin tregua de García Llorende,
Nunca creí en la perfección hecha deidad,
No voy a creer en tu piel sin heridas,
Ingenua,
Infantil,
Estúpida,
La noche no es noche sin la oscuridad fundiéndose entre las estelas doradas,
La piel no es piel si no cohabita con las líneas atigradas,
Las ojeras purpuras,
Y el oro cubriendo el agujero.
¿Cuántos llantos encubres en tu mentira?
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