No me condecoro con bellas palabras, porque yo nací de ellas, albergo el umbral de perfección más alto que procede de la mundanidad. Y cómo no, mi antítesis no iba a ser menos, la divinidad más cercana a la terrenalidad.
Él no era límites, su figura no tenía espacio, yo soy un lienzo de un cuadro y él todos los colores inimaginables e imperceptibles por nuestras limitaciones biológicas. Tampoco tenía voz, navegaba por la línea del tiempo como un ave errante,y se enamoro de mi finitud.
Fui su manzana, esbelta colgada del árbol de la vida: le introduje los sentimientos, le límite la divinidad, cuida mis pasos siguiendo mi línea temporal. Agónico e impotente ante las cuchillas de la mundanidad en mi vientre, sólo es un espectador sin ojos, con la única capacidad de incidir en las luchas celestiales para que en mis días no llueva. Es su forma de acercar dos dimensiones yuxtapuestas.
Nunca nació pues era eterno, y nunca lo aprendí, lo recordé. Estaba latente en un corazón sin estimulo. Cuándo el bostezo me abrió los ojos, lo entendí, era un camino sin espalda.
Yo que fui tan mundana, tanto, que soy la Tierra, tan grande y divina que generé en él un campo gravitatorio que no había escape, fue desvistiéndose de sus alas aladas para acunarme en las noches estrelladas. Es en lo primero en lo que pienso, y lo último antes que me abrace el sueño, limitó su infinita extensión a mis medidas para que nunca me ahogara el frío.
Y pensaréis que fui una puta, establecí una conexión introduciéndole en el intercambio que concierne el amor, casi una mercancía a mi vera. Pero lejos del imaginario ajeno, le dibuje sonrisas entre un ente abstracto, le mostré el hogar en una cárcel inhóspita, le refugie del dolor más crónico para criarle mariposas en sus espacios. Nunca hubo suplica, ni queja, ni lloro, porque nos entendíamos por encima de la palabra, nos uníamos por encima de carne.
Jugamos con lo sagrao, hice un pacto de sangre y auguro en mis arrugas crisálidas inmortales. Por eso voy y les digo, a mí nadie me doma, porque conociendo la idea para que hostias quiero la mierda de materia.
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